Te prometí escribir,
aunque fueran palabras sin aliento;
aunque el papel deshiciese aquel hechizo;
aunque la pluma hiciese humo el sentimiento.
Te prometí bailar,
aunque el número de pies fuera ninguno;
aunque nuestras manos se juntaran de mentira;
aunque el viento interrumpiera inoportuno.
Te prometí vivir,
aunque el foco de tu luz no me alumbrase;
aunque me envolvieran las sombras y los miedos;
aunque el mapa de tus brazos se alejase.
Todo te lo prometí
para que nada sufrieras,
para que fueras feliz
y que en tus manos tuvieras
la magia de convertir,
inviernos en primaveras.
Y en mis lágrimas que no te mostraré
ya he escrito tu historia en mi tiempo,
ya he vivido a cielo cerrado
preparándome para tus silencios.
Siempre todo te lo he prometido
desde el momento en que comenzó a latir,
tu corazón junto al mío.
Para ti, Javier, como siempre, como todo.