22 de agosto de 2014

La primera vez

El alba la despertó con la caricia del fuego
de unos dedos enredados sin querer
entre su suave mata de pelo.

Se desperezó la luna dentro de sus ojos negros,
mientras la llama azul del amor
prendía en todo su cuerpo.

Se durmieron sosegadas las estrellas.
Amanecieron gimiendo los besos
y cayó lluvia de ternura en su jardín del deseo.

El mar inundó las olas de su boca.
El aire rompió el susurrante silencio.
La pasión se derramaba en aquel gozoso lecho.

La mujer creció en la joven, desmadejando su sueño
y un amor entró en su alma pura
cuando sus bellos ojos se abrieron.