17 de julio de 2017

¿Y qué?

Y estabas allí.
Kilómetros de mar,
de profundos bosques
y caminos inocentes.
Increíble lugar 
el de tus brazos,
cuando recogen cada día
los valles de mi alma.

Y mientras el mundo gira
en su luz decreciente,
me instalo en tu sueño.
Allí te busco
y recorro en mil silencios
el universo, de tu mano,
salpicando sombras y delirios
en versos desatados
de tanto intentar besar,
presurosa, tus labios.

Y allí, 
el rompeolas de la luna
da cobijo a mi secreto,
cómplice de tu amor
a bocajarro,
que espera
morder mi boca
en un destello de cordura,
para ser quien ya no era
desde que tú llegaste,
certificando con tu abrazo,
toda mi existencia.